Grabada durante 15 meses en distintas locaciones de aquel país, la producción cuenta con el análisis de reconocidos intelectuales latinoamericanos, además de testimonios de los principales protagonistas de la actualidad boliviana.
Emilio Cartoy Diaz acaba de presentar en TEA “Bolivia para todos” donde hace una descripción excelente, con imágenes deslumbrantes y música encantadora, de la lucha entre las clases medias y altas “blancas” de la media luna, el Beni y Santa Cruz de la Sierra y los pueblos originarios con sus ropas características y su lenguaje rustico tan expresivo y tan autentico, y ahora en el poder.
Alli se cuenta el desafío de la Asamblea Constituyente que consagro la Nueva Constitución de Bolivia “para todos” sus ciudadanos, pobladores no importa la raza, religión, clase social, actividad, ideología, etc. consagrando derechos sociales y soberanía sobre los recursos naturales.
A pesar de la existencia de la revolución de Paz Estenssoro de 1952 – que podría asimilarse a la de Juan Perón en el 45 de Argentina-, indudablemente Bolivia, luego de tantas luchas y tantos golpes militares apoyados por el imperio del Norte, es como si tuvieran que empezar de nuevo desde cero.
Pero es maravilloso entrar en la mirada del pueblo (como lo hace magistralmente el documental) y ver lo que ellos ven.
Una cosa que llama la atención sobremanera en la película fue escuchar a los lideres del separatismo, los “blanquitos” de Santa Cruz de la Sierra, mandar mensajes de solidaridad a los sectores del “campo” argentino como diciendo “estamos en la misma, nosotros aquí contra estos kollitas y Uds allá contra esos negritos peronistas”. Muy notable escuchar la oportunidad de sus mensajes inter-blanquitos.
También es duro ver por los noticieros de la TV boliviana como las brigadas de la Juventud cruceña humillaba a cuanto kolla o guaraní agarraban, desnudándolos del torso, atándolos con sogas como animales y poniéndolos de rodillas en las plazas publicas.
También se ve la “caza” de kollas y la posterior golpiza hasta causarles graves heridas. Todo delante de las cámaras de TV que apoyaban a los separatistas.
Así en Bolivia como en Argentina. Cada uno con su estado mental y con su “estilo” mas descarnado o mas “civilizado” de intolerancia racial.
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