“Por falta de fuerzas”, el Papa Benedicto XVI sorprendió hoy al mundo al anunciar que dejará su cargo a partir del 28 de febrero, lo que abrirá un periodo inédito de transición en la Iglesia hasta Pascua, a finales de marzo, cuando se elegirá a un nuevo pontífice. "Después de haber examinado ante Dios reiteradamente mi conciencia, he llegado a la certeza de que, por la edad avanzada, ya no tengo fuerzas para ejercer adecuadamente el ministerio" de San Pedro, dijo Benedicto XVI en un discurso pronunciado en latín y seguidamente traducido a siete idiomas por la oficina de prensa del Vaticano. "Por esto, siendo muy consciente de la seriedad de este acto, con plena libertad, declaro que renuncio al ministerio de Obispo de Roma (...) de forma que, desde el 28 de febrero de 2013, a las 20.00 horas, la sede de Roma, la sede de San Pedro, quedará vacante y deberá ser convocado, por medio de quien tiene competencias, el cónclave para la elección del nuevo Sumo Pontífice"