Cada año está mejor el Encuentro Nacional de Cultura de San Antonio de Arredondo. En su versión número 23, sigue vigente la idea de compartir. Pero compartir de verdad. Dejar la ciudad y conectarse con la tierra. Amigarse con el otro y revalorizar nuestra herencia tanto argentina como latina. Las sierras, el rió, las carpas y la música. Todo hizo que fuese un éxito, en este festival que ahora tiene trascendencia Nacional y, porque no, latinoamericana. La noche se acerca y la jornada laboral terminó, pero no es un día más. Es distinto. El momento llegó, y en lo personal, me consume la ansiedad que -por suerte- es algo natural y no parte de la sociedad de consumo. Es que llega San Antonio de Arredondo y su Encuentro de Cultural asaltando el alma, reflotando los más bellos instintos. La energía vital fluye y uno no puede evitar inquietarse por participar, porque más que un encuentro donde la música y la cultura se expresan, es un espacio donde se proponen otras formas de vivir, mu