Gases del oficio: Ser periodista no es nada fácil, más cuando hay un alquiler y servicios que solventar. |
Ser periodista no es nada fácil, más cuando hay un alquiler y servicios que
solventar. Porque el trabajo de buscar la verdad, según todos es “muy
necesario” pero nadie está dispuesto a
garantizar una seguridad laboral. ¡No
hay verdad que garantice que todos los meses te va a alcanzar para comer! Por
ese motivo, uno hace lo que puede. Y tal es así, que este mes… no solo me llego
una boleta de luz de $320, sino que también subió el alquiler, el gas y los
servicios de internet y el teléfono….y etc. Y etc. Todo en el mismo mes en el
que me quede sin trabajo.
Entonces uno tiene que ver qué hacer y cómo hacerlo. Los objetivos se transforman. De la grandeza y los sueños, se baja a una realidad que se muestra dura: ¡hay que pagar la luz antes del 18! Para quejarse hay que pagar primero, ¡la puta que lo pario!
Es por
ese motivo tuve que empezar a buscar trabajo en cualquier lugar. Y lo más triste,
es que lo conseguí. El martes participe de la inauguración de un nuevo
Supermercado VEA en B° Las Palmas. ¿Cuál fue mi labor? Fui “hombre cartel”. Durante cuatro horas estuve para en una
esquina con un cartel colgado de mi cuerpo. “Bola
de lomo $7,99”. Todo el que pasaba algo nos decía. Pelotudo y payaso fueron
las palabras más bonitas que oí de nuestro público.
Junto a mí,
un chico de unos 20 años que hablaba tanto que sentía que mis oídos se iban a
desangrar. Pero una realidad es certera: el tiempo se pasó más rápido. Un joven
que no podía detener su verborragia creciente e inagotable, me acompaño durante
las cuatro largas horas que duro dicha labor. Prácticamente me pagaron por
estar parado. Desconocía estos mecanismos donde se consigue dinero sin hacer
nada, solamente se pierde una pizca de dignidad. Aunque esa parafernalia
popular, en lo personal, tiene poca importancia. Lo realmente importante es que
no tener luz en invierno…es algo que complica todo.
Ser
pobre es una cosa, pero ser pobre y periodista es una combustión peligrosa.
Casi como sumergirse en el fondo del mar sin oxigeno. Pero no importa, uno es
lo que es… algunos dicen que uno elige ser lo que es. Yo digo que uno toma
decisiones en la vida que te llevan a donde estas, pero no elegís ser quien
sos, simplemente sos. Como tampoco elegís quien te cría, quien te educa.
Dos días
después de este trabajo que me remunero tan solo $120 (cantidad no exhaustiva
para liquidar mis endeudamientos con la empresa de energía eléctrica), un amigo
me dice que necesita gente para el partido de los Pumas contra Francia en el
Chateau Carrera. Ante la oportunidad no di una negativa, sino un simple y popularmente
conocido: “de una”.
El
sábado por la mañana desperté temprano, otra vez desconociendo que debía hacer,
me bañe y vestí moderadamente bien. Me pasaban a buscar a las 11:30, pero el
encargado del tranporte se quedo dormido y llego como a la 13:00. Alegó haber
tenido una noche larga perdida en los vicios de líquidos contenidos en envases
etílicos. ¡Mejor menos horas de trabajo!, lo que sí… no sabía ni que tenía que
hacer…así que me preocupaba que nos paguen menos.
Al
llegar al lugar, nos dieron unos chalecos de color azul, aseverando con ello
que nuestro trabajo debía ser cobrar estacionamiento a los autos. ¡Treinta
pesos! Salado. Un ticket que decía “No
nos responsabilizamos por cualquier daño o hurto que sufra su automóvil. El
precio es por ocupar el espacio físico de las instalaciones”. ¡Como para
dejar el auto tranquilo!.
Nos
mandaron a la zona sur del estadio, donde no había mucho por hacer. Eran recién
las 14:00 horas y el partido comenzaba a las 18:00. Simplemente había que
esperar, estar ahí.
Hasta las 17:00 horas no vino nadie, como era de esperarse; así que otra vez comencé con la charla. Esta vez con un pampeano muy callado, pero decía cosas interesantes.
Hasta las 17:00 horas no vino nadie, como era de esperarse; así que otra vez comencé con la charla. Esta vez con un pampeano muy callado, pero decía cosas interesantes.
Logramos tolerarnos hasta las 16:25 horas, después de eso simplemente nos dedicamos a escuchar la sarta de boludeces que decía un “rasta” muy chistoso que estaba en el grupo de trabajo.
Son
las 17:45 y el partido se encuentra en su renacer. Y digo renacer, por
Argentina vs. Francia es un clásico antiguo. Me mandan a la entrada principal.
–
Che pibe, vos encárgate de cobrar y guiar a la gente hacia sus respectivos
lugar.
Si
eso hay que hacer, eso haremos. Me digo y sin chistar comienzo hablar. Dialogar
con cada uno. Aprendiendo. Porque yo no sabía dónde estaba y, aun así, el
encargado de guiarlos era yo.
No
importa, en una hora se acaba esto; cobro mis 150$ y -aunque- todavía no me
alcanza para pagar la luz, sé que voy a poder dormir tranquilo.
–
Mañana,
me voy a Cosquín a cubrir “Cosquín de Peñas”…. Bueno… ¿Qué tendré que hacer?
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