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Lugares hermosos y accesibles para disfrutar de unas vacaciones en Argentina

Gases del oficio



Gases del oficio: Ser periodista no es nada fácil, más cuando hay un alquiler y servicios que solventar.



Ser periodista no es nada fácil, más cuando hay un alquiler y servicios que solventar. Porque el trabajo de buscar la verdad, según todos es “muy necesario”  pero nadie está dispuesto a garantizar una seguridad laboral.  ¡No hay verdad que garantice que todos los meses te va a alcanzar para comer! Por ese motivo, uno hace lo que puede. Y tal es así, que este mes… no solo me llego una boleta de luz de $320, sino que también subió el alquiler, el gas y los servicios de internet y el teléfono….y etc. Y etc. Todo en el mismo mes en el que me quede sin trabajo. 

Entonces uno tiene que ver qué hacer y cómo hacerlo. Los objetivos se transforman. De la grandeza y los sueños, se baja a una realidad que se muestra dura: ¡hay que pagar la luz antes del 18! Para quejarse hay que pagar primero, ¡la puta que lo pario!

Es por ese motivo tuve que empezar a buscar trabajo en cualquier lugar. Y lo más triste, es que lo conseguí. El martes participe de la inauguración de un nuevo Supermercado VEA en B° Las Palmas. ¿Cuál fue mi labor? Fui “hombre cartel”.  Durante cuatro horas estuve para en una esquina con un cartel colgado de mi cuerpo. “Bola de lomo $7,99”. Todo el que pasaba algo nos decía. Pelotudo y payaso fueron las palabras más bonitas que oí de nuestro público.

Junto a mí, un chico de unos 20 años que hablaba tanto que sentía que mis oídos se iban a desangrar. Pero una realidad es certera: el tiempo se pasó más rápido. Un joven que no podía detener su verborragia creciente e inagotable, me acompaño durante las cuatro largas horas que duro dicha labor. Prácticamente me pagaron por estar parado. Desconocía estos mecanismos donde se consigue dinero sin hacer nada, solamente se pierde una pizca de dignidad. Aunque esa parafernalia popular, en lo personal, tiene poca importancia. Lo realmente importante es que no tener luz en invierno…es algo que complica todo.

Ser pobre es una cosa, pero ser pobre y periodista es una combustión peligrosa. Casi como sumergirse en el fondo del mar sin oxigeno. Pero no importa, uno es lo que es… algunos dicen que uno elige ser lo que es. Yo digo que uno toma decisiones en la vida que te llevan a donde estas, pero no elegís ser quien sos, simplemente sos. Como tampoco elegís quien te cría, quien te educa.
Dos días después de este trabajo que me remunero tan solo $120 (cantidad no exhaustiva para liquidar mis endeudamientos con la empresa de energía eléctrica), un amigo me dice que necesita gente para el partido de los Pumas contra Francia en el Chateau Carrera. Ante la oportunidad no di una negativa, sino un simple y popularmente conocido: “de una”.

El sábado por la mañana desperté temprano, otra vez desconociendo que debía hacer, me bañe y vestí moderadamente bien. Me pasaban a buscar a las 11:30, pero el encargado del tranporte se quedo dormido y llego como a la 13:00. Alegó haber tenido una noche larga perdida en los vicios de líquidos contenidos en envases etílicos. ¡Mejor menos horas de trabajo!, lo que sí… no sabía ni que tenía que hacer…así que me preocupaba que nos paguen menos.

Al llegar al lugar, nos dieron unos chalecos de color azul, aseverando con ello que nuestro trabajo debía ser cobrar estacionamiento a los autos. ¡Treinta pesos! Salado. Un ticket que decía “No nos responsabilizamos por cualquier daño o hurto que sufra su automóvil. El precio es por ocupar el espacio físico de las instalaciones”. ¡Como para dejar el auto tranquilo!.
Nos mandaron a la zona sur del estadio, donde no había mucho por hacer. Eran recién las 14:00 horas y el partido comenzaba a las 18:00. Simplemente había que esperar, estar ahí.
Hasta las 17:00 horas no vino nadie, como era de esperarse; así que otra vez comencé con la charla. Esta vez con un pampeano muy callado, pero decía cosas interesantes. 

Logramos tolerarnos hasta las 16:25 horas, después de eso simplemente nos dedicamos a escuchar la sarta de boludeces que decía un “rasta” muy chistoso que estaba en el grupo de trabajo.

Son las 17:45 y el partido se encuentra en su renacer. Y digo renacer, por Argentina vs. Francia es un clásico antiguo. Me mandan a la entrada principal.
            – Che pibe, vos encárgate de cobrar y guiar a la gente hacia sus respectivos lugar.

Si eso hay que hacer, eso haremos. Me digo y sin chistar comienzo hablar. Dialogar con cada uno. Aprendiendo. Porque yo no sabía dónde estaba y, aun así, el encargado de guiarlos era yo.
No importa, en una hora se acaba esto; cobro mis 150$ y -aunque- todavía no me alcanza para pagar la luz, sé que voy a poder dormir tranquilo.
        Mañana, me voy a Cosquín a cubrir “Cosquín de Peñas”…. Bueno… ¿Qué tendré que hacer?





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