El día miércoles 25 de julio de 2012, la presidenta de la nación anuncio
que, en homenaje a los 60 años del fallecimiento de Evita, se emitirá una edición
especial de billetes de 100 pesos con su rostro. El evento causó revuelo a nivel
social y –esto- se vio reflejado en las redes sociales. En la lucha por ajusticiar a un Roca sin
justicia, ya se plantea suplantar el tradicional billete por uno nuevo, con el
rostro de Eva Duarte de Perón. El principal dilema estaría en que, en su
contracara, aparecería el controversial símbolo Justicialista junto al General
Perón realizando su famoso saludo con los brazos extendidos. Ahora surge la
pregunta: ¿Es evita merecedora de tal homenaje? ¿Es el evento merecedor de tal
controversia?
Tras las líneas de la diplomacia, se ocultaría el mismo conflicto
de siempre: los que toman posiciones colectivas frente a los anti-colectivos.
Luego se puede analizar si esto está bien o mal… pero el conflicto es el mismo
que padece nuestra nación desde las elecciones que se llevaron a cabo
desde 1898. Los mismos de siempre ¿Algún día aceptaran que hay cosas que no
solo van a cambiar, sino que ya lo hicieron?
Desde sus principios, el peronismo ha generado odios y revueltas
por su pragmatismo discursivo. Argentina nunca sufrió de casos graves de
xenofobia, pero -su traducción al lenguaje nacional- ha sido el clasismo. Y con
su lema “ha combatir el capital” es donde está la bandera de lucha que
proclamó. Es cierto que –luego- los humanos, las personas cometieron gravísimos errores. Hijos del individualismo, tal vez. Sumisos del poder,
quizás. Presos de la ambición, quien sabe. Lo que no se puede negar es que,
esta doctrina, revolucionó el modo de hacer patria. Trajo consigo un modelo de
educación pública gratuita que transformó a miles de miles de hijos de obreros
en profesionales.
Médicos, bioquímicos,
ingenieros, periodistas, psicólogos, sociólogos, matemáticos, profesores.
Esa lucha, impuesta por el
capitalismo moderno, entre el homo faber (el hombre que lleva adelante una
labor que disfruta) y animal laborens (el hombre que trabaja por trabajar, para
vivir solamente) tiene lugar aquí. Y es esta uno de los más grandes indicios de
la lucha de clases en que se encuentra sumergida el país. No es ajeno mencionar
que, este proceso de profesionalización de la masa obrera, trajo consigo un
proceso dictatorial que se desarrollo desde 1955 hasta 1983, con algunos
intervalos democráticos de breve duración ¡Casi 30 años, una cortina de hierro cayó sobre el
país!
Hablar de peronismo es hablar de tercera posición, de un modelo
económico único en su momento (recordando que, en esos tiempos, existían cuatro
modelos en el mundo: Capitalismo, Comunismo, Japón y Argentina). Modelo de educación
pública y laica, de organización de la clase obrera. Pero también es hablar de
fascismo, de aparato propagandístico, de persecución del comunismo y
megalomanía. Así y todo, no puede evitar hablarse de él. ¿Por qué? Porque
representa la lucha histórica de nuestro país: la lucha de clases.
En Estados Unidos, la xenofobia
se asocia a ella, pero la trasciende. Los negros eran (y son) la clase
obrera, el sector social marginal y explotado por el sistema del capital.
Argentina no está exenta de ello. Vive una situación similar, salvo que el
color de piel difiere. No son negros, sino mestizos. Hijos de inmigrantes
europeos pobres y americanos ¡Una mezcla perfecta para la opresión laboral!
El Peronismo vio esta situación
y –tal vez- se aprovecho de ella para generar poder político, pero en ese
proceso fortaleció las leyes laborales y sindicales, educó a los hijos de los
obreros y aumentó -en un número considerable- el tamaño de la clase media
Argentina. Y es ahí, donde este fenómeno se fortalece aún más. Los hijos “bien”
de descendientes europeos no pudieron (y quizás aun es así) tolerar que el hijo
de un carpintero fuese a la universidad; que el hijo de un albañil o un
mecánico de ferrocarril fuese medico. No podían evitar cuestionar el proceso, por miedo a perder su espacio. ¡Ignorantes! Desconocían que el país con más
producción del mundo tenía la clase media más grande del mundo. ¡Acomodaticios!
Prefirieron una cortina de hierro y entregar los patrimonios nacionales.
He aquí donde entra Evita y
donde se diferencia del peronismo. Ambos caminan de la mano, pero no son lo
mismo. El peronismo fue una doctrina política compuesta por muchos sectores que
llevo adelante un modelo de país. Entre sus componentes existían (y existen)
tantas contradicciones como las evidenciadas en la masacre de Ezeiza y en el
discurso del propio Perón hacia los Montoneros, así también como el desarrollo
de la Triple A por el denominado Peronismo de derecha..
Evita Perón, una persona con una convicción.
Evita Perón, una persona con una convicción.
El peronismo es una comulación de contradicciones que tiene un
modelo fuerte de país, pero que -en la práctica- se contradice. Evita Perón, no.
Eva Duarte de Perón fue una persona con una convicción determinada desde sus
experiencias de vida, una infancia pobre, una vida obrera, una bailarina que
llego al poder. La convicción de sus palabras se vio reflejada en sus actos:
ayudar a la clase obrera. Y murió virgen en el ámbito político; es decir, sin
hechos de corrupción comprobables.
Como esposa del presidente, vistió ropas del más alto nivel (cuestión que nunca se lo perdonaría la oligarquía nacional: - ¿Cómo una puta va a ser vicepresidenta y todavía vestirse tan bien?). Y aun así, no perdió su humildad. Desde su simpleza, fue quien llevo a cabo la labor pragmática del peronismo. La que lo hizo tangible en la realidad. En el día a día. La que se embarro las manos por sus cabecitas negras.
Como esposa del presidente, vistió ropas del más alto nivel (cuestión que nunca se lo perdonaría la oligarquía nacional: - ¿Cómo una puta va a ser vicepresidenta y todavía vestirse tan bien?). Y aun así, no perdió su humildad. Desde su simpleza, fue quien llevo a cabo la labor pragmática del peronismo. La que lo hizo tangible en la realidad. En el día a día. La que se embarro las manos por sus cabecitas negras.
Una persona con tal
determinación, con tal bondad en sus actos ¿Por qué no ha de ser considerada
como una heroína nacional? ¿Por qué era pobre? ¿Por qué era puta? (en realidad,
bailarina) ¿Por qué vestía bien-como cualquier otro funcionario del mundo- pero
su sangre no era la de ninguna descendencia terrateniente? La realidad es que
Evita representa lo que Martín Luther King en los Estados Unidos: Lucha contra
la opresión, la discriminación y la exclusión social. Igualdad y justicia
social fueron sus lemas de vida hasta que un grave cáncer se la arrebato.
La mujer odiada por las mujeres. El ideal sobre la propia vida.
La mujer odiada por las mujeres. El ideal sobre la propia vida.
¡Nunca lo entenderé! ¡No me
entra en la cabeza! ¿Cómo es posible que la mujer que abrió las puertas al
derecho de la mujer, sea despreciada y bastardeada por una gran parte de las
ciudadanas argentinas? Eso pone de evidencia algo muy concreto: El aparato
propagandístico del peronismo fue gigantesco, pero se formo para combatir a uno
más grande y enraizado en las conciencias individuales de los argentinos.
Quizás más sutil, pero no por ello menos pesado y poderoso. Ese clasismo que
consideraba a Eva como el diente postizo de una dentadura sumergida en la
pulcritud de la clase alta.
Es necesario recuperarla, porque ese desprecio que genero, fue el
mismo que despertó San Martín, Belgrano, Moreno en los colonos
españoles. Es preciso enaltecerla como lo que fue: una luchadora de los
derechos sociales. Es necesario revitalizar su fuerza y distribuir sus valores,
sus enseñanzas; porque los héroes patrios sirven para ello. Por eso, tiene que
existir un revisionismo histórico que transforme los valores culturales y
fomente el desarrollo de una vida democrática ¿Y quién mejor, para llevar esa
bandera que aquella mujer que dejo la vida por sus compatriotas?
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