Miro tu rostro y no observo nada,
Y me recuerda al mío,
Desde que vivo,
En esta ciudad.
Donde habrán quedado,
Las sonrisas del tiempo,
Las ilusiones del amor
Y la juventud.
El brillo encandila,
Y en la oscuridad del rio,
Se hunden las esperanzas,
De un mañana mejor.
La soledad, fortuita, inhóspita.
Los rostros vacios de expresión,
La caldera que se apaga,
La mayor desilusión.
La fe desvanecida,
Evaporándose por los poros,
Del sendero sinuoso,
Del sentir, sin amor.
Las calles desiertas del cuerpo.
El fuego extinguido del corazón.
Las ilusiones dilapidadas.
La visión ofuscada.
La esperanza es una invención,
Sin fundamentos reales,
Basada en la simple creencia
Que ya no poseo, hoy.
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