Los de Sarandí le ganaron a Boca por la final de la SúperCopa Argentina por penales y sumó un nuevo trofeo en su vitrina. Fue 0-0 en los 90 minutos y 4-3 en los penales.
Pese a que vive un presente en el Torneo Inicial poco saludable, Arsenal ésta noche puede festejar. En un partido donde no hubo goles, los del Viaducto fueron mejores y tuvieron merecido el triunfo en el final. Fue por penales, donde, por alguna razón, siempre se festeja el doble. Quizás sea por ese tinte heroico que los lanzamientos desde los doce pasos le dan a cualquier definición. Dicen que siempre es una lotería, esta vez la suerte fue para los de Sarandí.
En el primer tiempo Arsenal empezó a merecer la copa. Estuvieron mejores, con mejor trato de la pelota y más profundos. Boca fue más de lo mismo: impreciso, desordenado en ataque y defensa y con pocas ideas. Si Arsenal no lo ganó antes fue por Ustari, que fue el destacado salvando varias pelotas difíciles, por Carbonero que no estuvo fino en momentos claves y porque le faltó claridad en los últimos metros.
En el segundo segmento Falcioni intentó acomodar el mediocampo que hacia agua por todos lados con el ingreso de Erbes por Somoza. Más adelante reacomodó las piezas poniendo a Paredes de enganche y colocando a Colazo por izquierda. Allí Boca comenzó a controlar más la pelota y recién a los 32 del segundo tiempo tuvo la más clara con un remate de Acosta. La conclusión: ninguno pudo romper el cero y fueron a los penales.
En la definición desde el punto blanco el que se vistió de héroe fue Campestrini. Convirtieron Silva, Fernández y Schiavi para Boca y Canales, Zelaya, Nervo y Braghieri. Ustari le atajó a Caffa y Campestrini a Caruzzo y Colazo con dos voladas a mano cambiada impresionantes.
Arsenal, con su corta historia, se convirtió en el primer Súper Campeón de Argentina y continúa con su presente de cuento de hadas que lo tiene como la gran Cenicienta.
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