Ir al contenido principal

Lugares hermosos y accesibles para disfrutar de unas vacaciones en Argentina

Nosotros, los boludos





OPINION
Nosotros, los boludos
24.11.2012 | 11:31 hs. · Autor: Coni Cherep · Fuente: Notife.com
Somos una multitud de boludos. Un mar de boludos, un océano de boludos argentinos, desperdigados por todo el territorio nacional.

No somos fáciles de identificar. Hay que mirarnos cuando miramos. Cuando miramos lo que pasa y no controlamos la mueca de bronca, de fastidio o de ironía.

Los Boludos vestimos igual que los otros, pero no llevamos consignas en las remeras. Ni alardeamos de pertenecer a este colectivos. Aunque bien podríamos hacer un estampado naranja con la frase “Los Boludos”, y desde Google Earth, se verían millones de puntitos naranjas en el mapa argentino.

Los boludos, en general, somos buena gente. Creemos en el género humano y soñamos, todavía, con que el mundo puede cambiar. Los boludos, somos boludos precisamente por eso: porque a pesar de lo que nos rodea y de lo que se nos anticipa, seguimos creyendo. Siempre creímos. Y vamos a creer hasta que la muerte nos separe del resto de los boludos.

Ojo. Que se entienda. Nosotros somos boludos, no reaccionarios,ni golpistas. Hay boludos de todos los colores. Pero en general, los boludos exigimos Juicio y Castigo desde 1983, resistimos a Menem, denunciamos el vaciamiento del país, denunciamos a los que inundaron ciudades, a los que reprimieron en 2001, a los que se llenaron de plata vendiendo las joyas de la abuela. Y en general aprobamos y compartimos todas las decisiones de este gobierno, que respondieron a la idea de recuperación del país. Los boludos acompañamos la re estatización de las AFJP, las Asignaciones Universales , la reactivación de los juicios a los genocidas y … ¡también ! La ley de Medios. Cuando creíamos que la ley venía a democratizar la comunicación y no a concentrar la información desde un monopolio oficialista.

En principio, creemos en la Constitución. En la sagrada división de poderes y en la independencia de cada uno de ellos. Por eso a los boludos nos indigna que el gobierno se lleve puesto a los jueces que no les garantizan sentencias a su favor. Y no soportamos la presión espuria a la que los someten. Ni a los Oyharbides que se someten voluntariamente a las órdenes de los ejecutivos de turno.

Somos los mismos boludos que le pedíamos lo mismo a Menem. Nosotros no cambiamos, los que cambiaron fueron los “vivos”, eternos rivales de nuestro club. Los que antes reclamaban lo mismo que nosotros, pero ahora, cuando las conveniencias les piden otra cosa, nos imitan y se hacen los boludos. Y se callan la boca, cuando la corrupción mata 50 tipos en un tren por corrupción. Cuando sus funcionarios no explican sus patrimonios, cuando nos mienten con las cuentas del estado, cuando nos estafan con las estadísticas, cuando utilizan los fondos de la seguridad social para bancar un negocio mafioso como el fútbol, solo para concentrar la propaganda del gobierno en los entretiempos. Cuando persiguen a los boludos de clase media que quieren zafar de la inflación comprando un puñadito de dólares, mientras las multinacionales se siguen llevando el oro en toneladas , destruyendo el medio ambiente. O siguen intoxicando a la gente con las fumigaciones sin controles. Los boludos no entendemos por que el gobierno persigue y castiga a los gobernadores opositores , no pagando sus obligaciones constitucionales, o demorando los pagos y las obras con los gobiernos que no responden a su signo político, que no comulgan con el relato.

Los boludos, somos boludos, pero nos damos cuenta de las operaciones mediaticas que pretenden descalificar a los eventuales rivales de las contiendas electorales, inventando asuntos que no son ciertos, pero que una vez instalados, quedan en la conciencia, sobre todo, de los boludos. Los boludos sabemos aquello del “miente miente, que algo queda”

Los boludos despreciamos la corrupción. Y creemos que los corruptos no deben permanecer un segundo más  en el gobierno. Por eso nos calentamos cuando vemos el festival de enriquecimiento K, cuando la presidenta se dice de clase media y no puede explicar su patrimonio. Nos indignamos cuando lo vemos carcajear a Boudou, sin que haya dado una sola explicación del intento de quedarse con Ciccone. A los boludos nos ofende que Jaime esté en libertad. Que la presidenta reciba a Luis Miguel y que nunca haya recibido a las familias de las victimas de Once.

Nos inflama que Luis Delia diga a lengua suelta que recibió un crédito de 600 mil pesos para comprarse una quinta, cuando al resto de los boludos los bancos no nos prestan 10 mil, si no justificamos ingresos.

Los boludos creemos en la distribución de la riqueza. Por eso no entendemos que el estado se siga financiando con el Impuesto a las Ganancias, y las restricciones al Salario Familiar de aquellos boludos de clase media que juntando dos sueldos superan el mínimo. O nos enferma que voten la nueva ley de ART, violando el derecho de los trabajadores a recibir indemnizaciones justas. O que la presidenta anticipe que no habrá aumentos superiores al 20 % en 2013, mientras ella se autoimpone un salariazo del 43 %.

Y ojo, otra vez, Nosotros, los boludos, NO estamos con Moyano. Para los boludos, Moyano fue siempre un dirigente sindical corrupto. Que como todos los dirigentes corruptos, no pueden explicar su patrimonio. Nosotros decíamos de Moyano eso, cuando los “vivos” lo ovacionaban en los palcos públicos y coreaban su nombre. Los boludos no soportamos que Moyano bloquee las rutas y la empresas. Pero nunca lo soportamos. No como los vivos, que lo celebraban cuando Moyano y sus hijos apretaban a Clarin y a decenas de empresas, y el gobierno lo justificaba. Moyano nunca fue boludo. Nosotros no nos dimos vuelta.

Ahora parece boludo. Cuando el gobierno le quita la personería a la CGT y se la da a lo peor de lo peor de la dirigencia sindical. Cuando se sube a los palcos a los Caló, los Daer, los Cavallieris, etc, etc… Y sobre todo a  Gerardo Martinez, comprobado terrorista de estado en la ESMA. Pero a los vivos no les importa. Para ellos son golpistas los que reclaman por sus derechos, pero no los torturadores o carapintadas como Berni. Mientras compartan el relato, bienvenidos sean al reino de Cris, al reino de los vivos. Y ahí se calla Hebe. Y ahí guardan silencio (doloroso, supongo) Estela y las abuelas.

¡ Ah! Me olvidaba… Los boludos seguimos esperando la personería jurídica de la CTA. Néstor, el protagonista del relato, nos lo prometió en 2004. Pero de eso no habla la película. No la de los cines, sino la de los vivos, que te la cuentan dia por dia.

Los boludos nos estamos cansando. Cuando vemos el video de chicos de siete años en el norte de la provincia de Santa Fe, repitiendo como loros el discurso oficialista, burlándose de la clase media, diciendo lo que no entienden… Nos estamos cansando porque le compramos revistas a nuestros hijos, y sin que nos anticipen en la tapa ( cerradas en bolsas), nos meten un suplemento de 12 páginas con fotos de “El”. Nos estamos cansando de las netbooks escolares que tiene salvapantallas de “ellos” abrazados, y páginas de inicio irremovibles, que cuentan la leyenda del modelo. Los boludos somos boludos, pero entendemos perfectamente la diferencia entre estado y gobierno.

Y el gobierno no tiene derecho a utilizar nuestros recursos en propaganda partidaria. Por eso nos rebela 6,7 y 8. Por eso nos molesta que un relator en el medio de un partido, que financiamos nosotros, nos hable del modelo….

Los boludos estamos agobiados por la inflación. Por la inseguridad. Por la violencia verbal. Por la división en las mesas familiares. Y sabemos que mientras miles de pibes defienden al “modelo” con ilusión y convicciones, los muchachos que los dirigen, se les burlan comprando departamentos de millones de dólares, injustificables, en Puerto Madero. Como Macri o De Narvaez. En el mismo nivel de vida de Magnetto, o los hijos de Ernestina de Noble.

Los boludos somos muchos millones de boludos. Que todavía no encontramos una puerta común en donde encontrarnos. De vez en cuando, nos juntamos en la calle, y coincidimos con seres repugnantes como Cecilia Pando. Pero sabemos que no somos como ellos. Y aunque desde la propaganda oficial nos quieran confundir, sabemos perfectamente que antes que nada está la democracia, las instituciones y las libertades individuales. Los boludos no le hacemos el “juego a la derecha”. En todo caso, un puñado de reptiles de extrema derecha, se apropia y se aprovecha de nuestros espasmos.

Los boludos no defendemos a Clarin. Pero nos indigna que se persiga la aplicación de una ley, sólo para desarmar a un enemigo, mientras se justifica y se inobservan, los incumplimientos de la misma ley por parte de los, por ahora, amigos del gobierno.

Los boludos, en fin, seguimos viendo miseria, pobreza, desocupación, marginalidad, narcotráfico como nunca, corrupción, indolencia, circo y propaganda hastiante.  Y tenemos derecho a decirlo.
Porque somos boludos. Pero no tanto…

Comentarios

Entradas más populares de este blog

Leones en Florencio Varela: Una profecia de un futuro inesperado.

En Florencio Varela se encuentran seis jaulas con leones que han sido abandonados por un circo. Nadie se percata que estos animales están perdidos en la intemperie. Luego de unos días, el hambre y la desesperación los ayudara a huir. Así, el león se introducirá en un nuevo ecosistema. Se reproducirá y comenzara a ser cada día mas común en el continente, a tal punto, que Florencio Varela será un lugar peligroso no tanto por “Flagelo de la delincuencia” (como gustan decir algunos sectores sociales para ocultar su indiferencia), sino por que también habrá que tener cuidado con los leones sueltos viviendo en los suburbios del barrio porteño. En los alcantarillado o canales. En principios, se comerán los perros y gatos de la calle o todo aquel animal que encuentren… El hombre dará resistencia por lo que le tendrán miedo. Pero, luego, nos perderán el respeto infundido y aprenderán a casar humanos. Salir de noche y regresar caminando en estados alterados de conciencia serán eventos cargad

La crema de Guddbrandsdalen

Guddbrandsdalen era un lugar donde todos convivían de forma apaciguada. Allí se conquisto la paz y, la misma, tomo la forma de comunidad. Todos en ella, trabajaban en conjunto buscando su propio bienestar. Las personas gustaban de vivir allí por lo que todos sus habitantes se ayudaban entre si. Como una manera de ganarse el pan de cada día, toda la comunidad trabaja para el reino del lejano Pompeyo, lugar al que vendían los productos de su receta más famosa. La misma era un misterio. Sus manos guardaban el secreto. Era única. Por eso, los reyes de todo el mundo la deseaban. Se decía que la misma venia de los propios cielos; en los pequeños pueblos de Pompeyo, se murmuraba que la misma era elaborada con la ayuda de ángeles y que su sabor era el de las propias nubes. Por eso, la llamaban “la crema del cielo”. Los reyes perdidos en sus ostentosas necesidades, querían adueñarse de ella. No soportaban la idea de tener algo tan sabroso al alcance de sus manos y no poder saber como hacerlas

Besos

Hay bocas que al besar, muerden. Y al morder enseñan su fogosa actividad. Otras no entienden y empalidecen en el ritual. Hay labios que miran y excitan. Su solo movimiento nos atrae hacia otra realidad. Hay besos que comen y mastican, tan suave que siempre quieres ser comido. Lo buscas. Hay besos que te agarran desprevenido y te sazonan la razón, dejándote en fuego. Aunque no es solo un beso. Hay otros que se esperan y se piensan; y, aun así, pensados, esperados…nos sorprenden. Lo hacen porque nos dejan sin palabras. Son los besos que tanto pánico les da a los escritores. Esos que no se dejan describir, aquellos que no se repiten, no se entienden y dejan la cabeza en una placentera nulidad. Por eso le temen, porque luego de esos besos, quedan sin ideas, flotando en la boludez, por horas y, quizás, hasta toda una vida.