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Despenalización de la marihuana en Argentina Por Natalia Elall


El concepto social de droga engloba una serie de productos y sustancias que, o no tienen ninguna aplicación médica o, si la tienen, las personas abusan de ellas inconsciente o premeditadamente para obtener efectos diferentes para los que fueron fabricados. Actualmente las drogas se podrían clasificar socialmente en drogas de aceptación social, como el alcohol y el tabaco; y drogas de rechazo social, como la marihuana, la cocaína y el LSD, entre otros. Las drogas ilícitas son aquellas en las que el consumidor busca un efecto psíquico, ya sea depresor o estimulante, sin importar la composición de la misma y el impacto en su cuerpo.
Sin embargo, dicha ilegalidad comienza en Estados Unidos y en realidad nunca tuvo que ver con hechos científicos que probaran y demostraran el daño que produciría en las personas que la consumen, sino que tuvo mucho que ver con el racismo, la discriminación a negros y mexicanos, y el afán de lucro de grandes compañías norteamericanas, lo cual luego se extrapoló en Argentina.
El tema que elegimos tratar es la actual lucha que llevan a cabo ciertos sectores de la sociedad cordobesa a favor de la despenalización del consumo y la tenencia de la marihuana.

La marihuana, cannabis o cáñamo es una de las plantas psicoactivas conocidas por la humanidad desde hace más tiempo. Botánicamente está clasificada como integrante de la familia Cannabaceae y el género Cannabis. El cannabis se ha convertido en una de las plantas más difundidas y diversificadas.


La estigmatización de la marihuana en Argentina, y sus consumidores, es producto de una sociedad inmadura en términos valóricos, de libertad y educación. De ésta forma, el debate que se establece se hace escaso y difícil, ya que ambas partes suelen presentar argumentos utilizando juicios de valor. Por este motivo, los resultados de dichos debates son pobres, pues sólo logran recategorizar las posiciones de quienes la consumen y quiénes no.

El  consumo y la tenencia de dicha planta es un tema muy controversial actualmente, ya que se ponen en tela de juicio ciertos principios tradicionales y económicos que fundamentan su postura en la ilegalidad constitucional de la marihuana penada por ley. Sin embargo, dicha ilegalidad comienza en Estados Unidos y en realidad nunca tuvo que ver con hechos científicos que probaran y demostraran el daño que produciría en las personas que la consumen, sino que tuvo mucho que ver con el racismo, la discriminación a negros y mexicanos, y el afán de lucro de grandes compañías norteamericanas, lo cual luego se extrapoló en Argentina.

La estigmatización de la marihuana en Argentina, y sus consumidores, es producto de una sociedad inmadura en términos valóricos, de libertad y educación. De ésta forma, el debate que se establece se hace escaso y difícil, ya que ambas partes suelen presentar argumentos utilizando juicios de valor. Por este motivo, los resultados de dichos debates son pobres, pues sólo logran recategorizar las posiciones de quienes la consumen y quiénes no.

A lo largo de la historia contemporánea argentina, se ha avanzado y retrocedido en varias ocasiones acerca de la despenalización de las drogas: la ley 20.711 dictada en el gobierno de Isabel de Perón, que condenaba el consumo de drogas con 1 a 6 años de prisión, caso Bazterrica (1986) y Montalovo (1990) ambos detenidos por contener marihuana para consumo propio, y la ley 23.737 que condena la tenencia para consumo con la opción de cumplir la pena mediante una rehabilitación.


DESDE EL EJE DEL ORDEN: PARSONS, EL CAMBIO SOCIAL Y LA SOCIALIZACIÓN

Consideraremos los postulados de Talcott Parsons, ya que aborda el tema del orden social desde un enfoque estructural-funcionalista lo cual nos ayudará a comprender cómo todas las instituciones que forman parte del conflicto, confluyen en función de la normativa y las políticas tendientes al equilibrio y al orden social regulado por el Estado.

El sistema parsoniano está fuertemente orientado hacia el orden y la estabilidad. Parsons supone que los instrumentos primarios para mantener el orden son las estructuras normativas interiorizadas, producidas por la sociedad y asimiladas por los individuos. Está obligado a aceptar que todo cambio, todo conflicto, es perturbador y disfuncional. Mantiene una ideología conservadora -por ende- procura ubicar cuáles son los elementos de la sociedad que contribuyen al mantenimiento del orden, y concentra su atención en ellos.

Bajo esta mirada, las instituciones sociales serían medios colectivamente desarrollados para la satisfacción de las necesidades biológicas y culturales, y se los define por lo tanto, por el cumplimiento de una función social, enfatizando las medidas que las instituciones toman para alcanzar los fines socialmente valorados. En el funcionalismo se coloca un énfasis particular en el mantenimiento de la estabilidad social. Para ello, se sostiene que toda cultura tiende a formar una totalidad equilibrada frente a su tendencia hacia el equilibrio y el cambio; la estructura social funciona por una orientación de necesidades básicas, como en la estructura orgánica; y que cada parte en el sistema social está unido a los demás.

Las instituciones que presentaremos a continuación se encuentran involucradas directamente con el conflicto de la despenalización de la marihuana, estas son por un lado, el Estado como representación de lo Instituido en la sociedad y como aquél organismo que establece que es lo prohibido y que no. También, se encuentra la sociedad civil consumidora de Cannabis, que luchan por evitar la penalización por parte del Estado para consumo personal. Por otro lado, la institución Carcelaria, a través de la cual se ejerce el poder estatal y priva de la libertad a los consumidores. Y por último, la institución escolar, encargada de la educación y formación de individuos, cuya enseñanza es acorde a las normas dispuestas por el orden social, es decir, le adjudican un tinte peyorativo a las drogas en vez de educar en torno al tema.

CAMBIO SOCIAL  
El primer concepto que tomaremos de este autor es el de orden social para explicar cómo a través de ciertas regulaciones normativas, en este caso la penalización del consumo y tenencia de la marihuana, convergen hacia la mantención del un orden social en el que el consumo de la marihuana esta visto de manera peyorativa ya que –tradicionalmente- los Estados tienden hacia la replica de políticas gubernamentales y valores culturales del llamado “primer mundo” donde el Cannabis es ilegal desde los años ’30, principalmente en Estados Unidos.

(...) debido al apoyo que encuentran en el actual gobierno de Cristina Kirchner quien respalda la iniciativa del Ministro de Justicia, Aníbal Fernández, de  despenalizar las drogas en Argentina. La legislación actual mostró en 20 años de la vigencia de la Ley 23.737, que dictamina criminalizar la tenencia para consumo (...) no es efectiva.


Para Parsons el cambio social es peligroso y hasta contra producente ya que corrompe ese pretendido orden social; en el caso del conflicto la sociedad civil que consume marihuana activamente, vine a quebrantar ese orden social no solo por voluntad propia de defender sus derechos como consumidores, sino también debido al apoyo que encuentran en el actual gobierno de Cristina Kirchner quien respalda la iniciativa del Ministro de Justicia, Aníbal Fernández, de  despenalizar las drogas en Argentina. La legislación actual mostró en 20 años de la vigencia de la Ley 23.737, que dictamina criminalizar la tenencia para consumo, con la opción de cumplir la pena mediante una rehabilitación (en casos de consumo personal), no es efectiva y por este motivo el gobierno actual consideró necesario hacer una revisión. En ese sentido, Fernández manifestó que la despenalización del consumo permitirá actuar en forma más eficiente en el combate del narcotráfico. La institución carcelaria se llenó de drogadictos en los últimos años, no por causa del tráfico de drogas sino que la gran mayoría son encarcelados por tenencia para consumo propio.

SOCIALIZACIÓN

Otro de los conceptos relacionados con el tema es el  proceso de socialización que se realiza para poder ejercer el Control Social. Este concentra dos conceptos claves que son la asignación (producir el personal mejor formado para los empleos disponibles) y la integración (los que ocupan los roles deben considerarse coherentes con sus valores internalizados a las recompensas). El proceso de socialización comienza desde la etapa del aprendizaje escolar de los niños, ya que se considera a la Escuela como principal Institución y como ámbito de socialización para lograr la asignación e integración.
Tomamos este concepto ya que -consideramos que- no existe una educación escolar apropiada que se relacione con el consumo de drogas psicotrópicas que abra un nuevo espacio de discusión y reflexión, como pasó en su momento con el tema de la educación sexual para los estudiantes de colegios secundarios, ya que están en posición de decidir y tomar conciencia de sus actos.

Los criterios de evaluación que conducen a una determinada estratificación social, están basados en tres elementos: las cualidades, como posesiones personales de cada individuo; las realizaciones, son un producto de la actividad del individuo en relación con los demás; y lo adquirido, la posesión de objetos, bienes o certificaciones de talentos o aptitudes.



Cuando una sociedad es homogénea, es decir, cuando no hay grandes diferencias sociales o económicas entre sus miembros, se comparte una misma cultura. En la medida en que esta sociedad se va estratificando, y existe un grupo o clase social que domina al otro y se apropia de los saberes o dispone, por la división de tareas, de mayor tiempo para adquirir más conocimientos o producir más bienes culturales, se produce una brecha cultural. Parsons considera que las estratificaciones sociales responden a necesidades sociales. Son sistemas jerárquicos fundados sobre los valores máximos de cada sociedad. Parsons define a la estratificación social como "la clasificación diferencial de los individuos que componen un sistema social dado, y su calificación de superiores o inferiores los unos en relación con los otros, según valores importantes para la sociedad".

Los criterios de evaluación que conducen a una determinada estratificación social, están basados en tres elementos: las cualidades, como posesiones personales de cada individuo; las realizaciones, son un producto de la actividad del individuo en relación con los demás; y lo adquirido, la posesión de objetos, bienes o certificaciones de talentos o aptitudes.

Estos criterios de evaluación se aplican según las indicaciones del sistema de valores de cada sociedad. Parsons sostiene que dicho sistema está integrado por cuatro tipos de valores, todos necesarios para el buen funcionamiento de la sociedad, aunque cada sociedad arma su propio esquema de prioridades para estos valores:

1) Universalismo: Se trata de la capacidad de adaptación, que corresponde a la necesidad de toda sociedad de ajustarse a sus condiciones objetivas de existencia.

2) Definición de objetivos: Toda sociedad se propone alcanzar ciertas metas colectivas, y que esas metas prevalezcan sobre los intereses individuales o sectoriales.

3) Integración: La solidaridad social como valor primordial. Las acciones sociales son evaluadas según la medida en que favorezcan o impidan la integración de los individuos en la sociedad y su mutua solidaridad.

4) Mantenimiento del modelo: Cada sociedad tiene un modelo cultural propio, con sus propias estructuras y normas, y tiende a conservarlo. En este aspecto, el valor supremo es el tradicionalismo.

Parsons no explica porqué una sociedad tiene una determinada jerarquía de estratos sociales, o porqué en una sociedad predomina un tipo de valores y no otro. Sólo invita a constatarlo, a través de la observación de la jerarquía social establecida.Continuando con el tema de la estratificación, proponemos un paralelismo con la inclinación constructivista de Bourdieu a través de la cual explica que las relaciones sociales poseen un margen de transformación o reinvención, es decir, existen condiciones tanto objetivas como subjetivas a la hora tanto de relacionarse socialmente como de ejercer prácticas sociales. En el caso concreto del conflicto, las clases sociales son un factor determinante que hace a las relaciones sociales de los individuos, como ser el caso generalizable de una clase media consumidora de marihuana, la clase media que no consume, la clase baja y la clase alta que también influyen en la despenalización de la misma ya que comparten entre si determinados intereses. La relación que consideramos vital es la que existe entre el concepto de estatificación que propone Parsons y el concepto de diferencia de clases sociales que establece Bourdieu.

DESDE EL EJE DE LA CRÍTICA: Bourdieu y el capital simbólico en la tenencia.


EL CAPITAL SIMBÓLICO

Para Pierre Bourdieu el campo social es un espacio social de acción y de influencia en el que confluyen relaciones sociales determinadas. Estas relaciones quedan definidas por la posesión o producción de una forma específica de capital, propia del campo en cuestión. Cada campo es —en mayor o menor medida— autónomo; la posición dominante o dominada de los participantes en el interior del campo depende en algún grado de las reglas específicas del mismo. El conjunto estructurado de los campos, que incluye sus influencias recíprocas y las relaciones de dominación entre ellos, define la estructura social.

Otro de los conceptos importantes que aporta Bourdieu es el de los tipos de capital que se ponen en juego en el campo social y que, a priori, son determinantes del mismo, es decir, no existe campo social sino hay un capital por el que luchar. En el caso concreto del conflicto consideramos, como primera medida, que el capital que está en juego es el simbólico por el hecho de que la lucha se origina por el deseo, por parte de los consumidores de marihuana, de que se reivindiquen sus derechos como consumidores de una droga que es ilegal en función de determinados intereses tanto económicos como políticos, a pesar de la falta de pruebas que respalden en daño físico que sostienen que produce tal droga.

El autor define a este capital como cualquier propiedad mientras sea percibido por los agentes sociales cuya percepción son tales que están en condiciones de conocerlo y de reconocerlo, de darle valor. El capital simbólico sólo existe en la medida que es percibido por los otros como un valor, es decir, no tiene una existencia real, sino un valor efectivo que se basa en el reconocimiento por parte de los demás de un poder a ese valor. Para que ese reconocimiento se produzca tiene que haber un consenso social sobre el valor del valor, por así decirlo.

Por otro lado, otro de los capitales que creemos que hay resaltar es el económico ya que, es sabido, que el consumo de marihuana no se legaliza debido a que, en tal caso, se cortarían las rutas de narcotráfico más importantes (como la de Paraguay por ejemplo)



Entonces, es un capital simbólico porque engloba y contiene a los demás capitales ya sea culturales y sociales, y además porque el que está en juego es un valor o un principio abstracto como la libertad de consumir y el derecho a cultivar plantas para consumo personal.

Por otro lado, otro de los capitales que creemos que hay resaltar es el económico ya que, es sabido, que el consumo de marihuana no se legaliza debido a que, en tal caso, se cortarían las rutas de narcotráfico más importantes (como la de Paraguay por ejemplo). Esta consiste en el cultivo, elaboración, distribución y venta de drogas ilegales como la marihuana, que constituyen un ingreso muy elevado para los narcotraficantes quienes invierten esa ganancia en coimas a policías, senadores y legisladores. Los narcotraficantes cuentan con mucho poder porque son imperios multinacionales que rivalizan en tamaño con los gobiernos nacionales.

EL HABITUS: Un "habitus" de consumo que transforma las estructuras estructurantes.


La naturalización social del consumo hace que cada vez más se evite que los consumidores caigan en las redes del sistema penal, debido a la cantidad de fallos que salieron en los últimos años.



Otro de los conceptos del autor que nos ayudará a desarrollar el conflicto es el habitus, que Bourdieu lo entiende como el conjunto de esquemas generativos, a partir de los cuales, los sujetos perciben el mundo y actúan en él. Estos esquemas generativos generalmente se definen como "estructuras estructurantes estructuradas"; son socialmente estructuradas porque han sido conformados a lo largo de la historia de cada agente y suponen la incorporación de la estructura social, del campo concreto de relaciones sociales en el que el agente social se ha conformado como tal. Pero al mismo tiempo son estructurantes porque son las estructuras a partir de las cuales se producen los pensamientos, percepciones y acciones del agente. Dicha función estructuradora se sostiene sobre los procesos de diferenciación en cuanto a las condiciones y necesidades de cada clase. Esto hace que la eficacia preponderada de las prácticas culturales asumidas como propias respecto de las que no, actúe como tamiz, es decir, como criterio de selección de la cultura hegemónica (Reconocimiento arbitrario, social e histórico de su valor en el campo de lo simbólico).

El aumento constante del consumo de marihuana genera una mayor cantidad de producción de Cannabis y, consecuentemente, hay una mayor oferta proveniente de Paraguay, que es el principal proveedor de marihuana en Sudamérica.

La naturalización social del consumo hace que cada vez más se evite que los consumidores caigan en las redes del sistema penal, debido a la cantidad de fallos que salieron en los últimos años. Esto produjo el primer paso hacia una despenalización de la tenencia de marihuana para consumo personal. También hay que considerar que el crecimiento de la demanda se lo atribuye a la tolerancia social, similar a la existe acerca del consumo de tabaco y alcohol. El habitus se aprende mediante un proceso de familiarización práctica, que no pasa por la conciencia. La incorporación inconsciente del habitus supone la apropiación práctica de los esquemas que sirven para producir las prácticas adecuadas a la situación. En la década del 90’ se masificó el consumo de estupefacientes de toda índole, provocando un gran cambio que repercutió a nivel social principalmente en el ámbito juvenil.

El ministro de Justicia Aníbal Fernández quiere avanzar hacia un cambio radical en las políticas y estrategias de lucha contra el narcotráfico. Estas estrategias excluyen a los consumidores como sujetos de persecución penal, provocando que se elabore un proyecto de ley sobre la despenalización del consumo de estupefacientes.

EN RESUMIDAS CUENTAS

La sociedad cordobesa, al igual que la sociedad argentina, siempre se caracterizó por ser una sociedad tradicional y conservadora, cuyo mantenimiento del status quo se corresponde con el desarrollo de la teoría funcionalista planteada por Talcott Parsons. Actualmente con el gobierno Kirchnerista, muchas cuestiones sociales establecidas están siendo cuestionadas y colocándose en tela de debate, provocando diversas posturas frente a estas cuestiones sociales que nos atañen a todos. El caso de la despenalización de la marihuana para la tenencia y el consumo personal es uno de ellos.

El discurso general de nuestra sociedad sostiene que es innecesario realizar cualquier esfuerzo que no reporte un beneficio inmediato constante y sonante. Esta idea, está instalada en las instituciones, en los medios de comunicación y en la publicidad. Pero también está instalada en la juventud y en los padres de esta juventud. Las drogas solo son una rama que parte de esta idea, por la cual cada vez gana mayor terreno, mientras que el estudio o cualquier actividad que requiera un esfuerzo mayor para un beneficio distante pierde cada vez más terreno. Esto conlleva a que las temáticas sociales se traten superficialmente, sin generar un proceso de elucidación crítica, es decir, poder tener una mirada crítica hacia atrás, hacia el pasado y poder ver los procesos de institucionalización que llevaron, en este caso, a la ilegalidad de las drogas como la marihuana.

Si bien revertir este pensamiento social cultural llevará generaciones, la manera de hacerlo es instalando en la sociedad una serie de recursos que nos permitan superar e instalar en los jóvenes una concientización acerca de los sucesos y hechos sociales que se dan en la actualidad, para poder actuar de manera responsable y consciente. 

Ensayo para alumnos en condición promocional. Unidad temática elegida: "Despenalización de la marihuana en Argentina" (Elall, Natalia).
Presentado en la cátedra Análisis Institucional II a cargo de la Profesora Isabel Ortuzar. En la carrera de grado Licenciatura en Comunicación Social. Universidad Nacional de Córdoba, Argentina. Noviembre de 2011

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