El dinero ha sido bien definido por Marx como un equivalente general. El dinero es lo que equivale a cualquier otra cosa. Esto es lo que hace que exista la pasión por el dinero. Esa pasión por el dinero sustituye a la pasión por todas las cosas que deseamos. Es como si el dinero se pusiera delante de las cosas que queremos y fuera el medio de satisfacer cualquier deseo.
La pasión por el dinero también es la pasión por un objeto de deseo que no está realmente definido, es algo que aparece como un deseo vago, un deseo general y por llamarlo de algún modo: un deseo “infinito”. Esta es la razón por la que el dinero es como un sustituto.
Esto necesariamente origina violencia porque ese deseo indeterminado que es al mismo tiempo absoluto y general, es un deseo que desemboca en un régimen de competición. Una sociedad tiene otras cosas, al mismo tiempo y de un modo necesario, se rige por la competición. El dinero es lo que organiza la violencia de la competición. ¿Por qué? Naturalmente entre la violencia que reina entre los seres humanos y el dinero hay una conexión directa. Desde siempre después de todo, principalmente matamos por dinero.
El lenguaje del dinero pretende no tener límites, esa es la razón por la que se trata de un lenguaje desquiciado. Es un lenguaje que presenta un mundo que carece de límites, un mundo de deseos ilimitados. De hecho, el dinero llama al dinero. El dinero es algo que siempre requiere más dinero. Por esto los ricos nunca son lo suficientemente ricos. Está claro: los ricos nunca son lo suficientemente ricos porque no se trata de tener dinero, ellos quieren “más dinero”, y esto es un deseo sin fin. Y como deseo ilimitado podríamos decir que, en realidad, no construye un mundo real. Hay una razón para decir que el límite de un lenguaje es también el límite del mundo y si el lenguaje pretende no tener límites entonces es como si el mundo tampoco los tuviera: entonces el mundo se funde como mundo, se deshace. En suma, la pasión por el dinero es una pasión abstracta, no es una pasión que pretenda conseguir algo concreto. Y esto también está en la raíz del problema.
En el mundo capitalista las ficciones dominantes son aquellas que de un modo u otro están relacionadas con la dominación del dinero. Estas ficciones se construyen alrededor de la cuestión del deseo ilimitado y de la competencia. Ellas nos dicen cómo el dinero desencadena pasiones, crímenes, la posibilidad del amor, la traición, etcétera. Son las pasiones de un deseo ilimitado. Pienso que si queremos regresar a un mundo verdadero, que implique que admitamos los límites del lenguaje y que sepamos como usar la ficción al servicio de la verdad y no al servicio del deseo ilimitado, entonces necesitamos cambiar la ficción, esto es algo seguro.
Necesitamos cambiar la ficción, esto es algo muy importante. Es importante y diría que podría ser el gran reto de los artistas contemporáneos. La responsabilidad de los artistas contemporáneos es la de proponer una nueva ficción. No es fácil porque al principio las nuevas ficciones no son reconocibles. Resultan extrañas en un mundo dominado por la competición y el dinero. La creación de nuevos modos de ficción y nuevos modos de crear ficción es de suma importancia.
Es importante que la relación entre la gente no tenga lugar dentro del modelo competitivo. Ese es el primer punto. ¿Por qué no dentro del modelo competitivo? Por supuesto necesita estar dentro del modelo de dinero que esté en ese momento en circulación. Entonces ¿cómo podría ser una relación no competitiva entre los hombres, y entre el hombre y la mujer? Evidentemente está el “amor” pero esto podría ser un poco violento como solución porque no podemos amar absolutamente. Es cierto que la religión dice: “Amaos los unos a los otros como a vosotros mismos” pero esto es un poco difícil si tomamos al amor en un sentido profundo. Pienso que necesitamos dejar al “amor” su significado excepcional, su significado relacionado con una verdad profunda que es compartida entre dos personas. Por contra, pienso que podemos tener relaciones que llamaría amigables; una relación de amistad que no es exactamente la de la pasión amorosa pero que es una relación que permite que el otro se acerque, comparta, y que no esté inmediatamente dominada por el juicio, la condena y la competición. Propondría un cierto tipo de amistad universal.
Pienso que un modo diferente de regular los intercambios que sería una alternativa al actual es algo que puede ser imaginado. En particular, hay muchas posibilidades de intercambios directos de objetos, bienes, etc. que son abandonados. Esta es una sociedad de desperdicio masivo. Puesto que la apropiación de objetos es siempre privada esto supone un desperdicio colosal. De hecho la cantidad de cosas que una persona acumula y nunca usa es enorme. Esto nos concierne a todos. Yo mismo podría tirar mis cosas o donárselas a alguien o hacer otra cosa. La sociedad no solo regula los intercambios y la competición por el dinero, sino que también organiza el desperdicio. Creo que lo que se necesita es una organización amistosa de los intercambios que sea realizada de otro modo. Por supuesto si tuviera una idea completa y definida sobre esto ya la habría anunciado. Se trata de una cuestión muy difícil, muy delicada que llevaría mucho tiempo. Sin embargo, estoy convencido de que el intercambio desarrollado y comprendido de un modo masivo -un intercambio no monetario - es posible. Sociedades enteras han practicado intercambios no monetarios. Eran más pequeñas que la nuestra, de acuerdo, pero nosotros podríamos sin duda solucionar los problemas de organización de un intercambio no monetario a gran escala.
Han existido proyectos utópicos de monedas provisionales, útiles en un momento dado y que no pueden ser acumuladas. Se trata de monedas que sirven sólo para ese intercambio pero no pueden existir en el capitalismo porque no son capitalizables. Es verdad, pero puesto que hoy en día la capitalización tiene lugar mediante el simple click de los ordenadores, la desaparición de la moneda no solucionaría nuestro problema. La memoria del ordenador tendría que desaparecer también.
Internet es un medio técnico que puede servir para hacer el bien o el mal, por sí mismo no decide nada. Internet es algo que ya está masivamente repitiendo dictaduras basadas en el comercio financiero, pero también resulta útil para la comunicación entre las personas, para manifestaciones políticas, etcétera. Sirve para todo y creo que podríamos, y realmente deberíamos, tomar ventaja de sus aspectos positivos. Pero Internet no va a decirnos cómo hacerlo, sino que nosotros debemos crear estos mecanismos.
Por el momento las organizaciones internacionales están condicionadas por una visión dominante que no es otra que la del poder. No tienen un programa dictado realmente por una nueva visión del mundo. Los programas existentes son programas de caridad -es lo que son- hay una ligera redistribución de las necesidades vitales hacia los pobres. Esto siempre ha sido una parte del capitalismo, de la caridad capitalista. En el Siglo 19 existía la señora burguesa que daba cosas a los pobres. En esa época esto se sustentaba en la religión, ahora tenemos organizaciones internacionales pero siempre se ha tratado más o menos de lo mismo.
Pienso que podemos reconstruir un mundo donde la pasión y la felicidad sean orientadas hacia la verdad. Especialmente hacia la concepción que propongo de verdad. La verdad es aquello que somos capaces de crear, de inventar. Así que esa puede ser la pasión de la humanidad: la invención, la creación y el compartir la creación. Espero que sea posible. Mucho más que la pasión por la acumulación y la competición. ¿Por qué las malas pasiones importan más que las buenas? No hay una respuesta a esto. La sociedad está organizada alrededor del dinero y de la competición. Si estuviera organizada de otro modo, veríamos -y es algo que ya podemos ver en círculos más pequeños y en pequeñas sociedades- que la creación, la invención, pueden ser cosas más importantes y más felices.
Traducción de David García Casado
de OCCIDENTE: TESTIMONIOS, VISIONES y UTOPÍA http://occidentetv.com/
Se puede ver y escuchar aquí: http://blog.p2pfoundation.net/alain-badiou-on-the-philosohy-of-money/2013/07/26
Imagen: Cildo Meireles, Marulho, (El murmullo del Mar) 1981/ 1997
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