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El superclásico: cuestiones de fuera de la cancha


Analizamos acá cómo llegan los dos equipos más grandes del país al choque entre sí. Presentes similares y contextos que no distan mucho entre sí. Técnicos cuestionados y planteles que no gozan del mejor consenso de sus hinchas. Todos los factores que pueden afectar.



            Vuelve el River-Boca. Luego de un año donde históricamente desapareció por la estadía de los millonarios en la B Nacional, el país va a vibrar nuevamente con uno de los clásicos más importantes del mundo. Son los dos clubes más importantes del país y de los más grandes en Latinoamérica por lo cual millones de ojos en todo el mundo se posarán en el Monumental este domingo.

            ¿Cómo llegan los dos clubes más grandes del país a este trascendental partido? Primero es necesario analizar el presente de cada uno de los clubes. De un lado los locales, River, que han vuelto a la máxima categoría del fútbol argentino y su lucha, si por lógica se entiende, es la de no caer nuevamente a la segunda categoría. Aunque esto no es lo que se piensa en el seno de River, donde se sueña con volver a ser campeón y han armado un plantel para eso. Actualmente la tabla arroja más pálidas que coloridas. Se encuentra 9no con 15 puntos, a 8 del puntero Newell’s. Una cosecha que claramente no deja conforme ni a sus hinchas, ni a su cuerpo técnico y plantel, ni a la dirigencia, donde todos ellos a esta altura del torneo esperaban estar peleando la punta. Y a esto se le suma el nivel de futbolístico del equipo, que no conforma. Las dos victorias consecutivas por 4-0 ante Arsenal y  5-0 a Godoy Cruz habían avizorado una levantada de River que no venía jugando para nada bien: desequilibrado defensa, desacoplado en el mediocampo e impreciso en ataque. Parecían alejarse los fantasmas en el club de Núñez pero Quilmes lo derrotó 1-0 el último fin de semana y volvió a llenar de dudas al entorno riverplatense.

            En el otro lado del ring está Boca, acostumbrado a pelear arriba los últimos años y este torneo no iba a ser la excepción. La realidad de las posiciones en el Torneo Inicial muestra a un Boca expectante, en un 5to puesto con 18 puntos que los mantiene a 5 del líder. Claramente no están afuera de la lucha por el título aunque no están en el camino ideal que los conducirá a eso y sus hinchas se los hacen saber. El nivel del equipo en las últimas fechas es muy bajo, con derrotas que suenan fuerte en los pasillos boquenses (por ejemplo el 1-3 de Belgrano por la 10ma fecha), que no gana desde la 7ma ante Independiente y donde en ese tiempo acumula dos derrotas (Lanús y Belgrano) y 2 empates de local (San Martín de San Juan y Estudiantes).

            Con todo esto, los entornos en los dos costados no son los mejores. En River hasta hace tres semanas el DT Matías Almeyda estaba sobre la cuerda floja, junto con una dirigencia, con Passarella a la cabeza, muy resistida por los hinchas. Almeyda no le encontraba la vuelta al equipo y el nombre de Ramón Angel Díaz ya comenzaba a aparecer como posible sucesor, lo que imprimía aún más presión sobre el DT de River. También los constantes pedidos de renuncia a Daniel Passarella a la presidencia del millonario caldeaban aún más los ánimos. Éste salía a decir, con la verborragia que no caracteriza: “Hay una campaña en contra mío. Nadie habla de fútbol porque nadie entiende de fútbol. Por eso se ataca”. Las dos victorias consecutivas le aflojaron un poco la soga a Matías Jesús y a su tropa pero una derrota en el “súper” encendería nuevamente las dudas.

           Boca tampoco vive sus mejores días en el ámbito interno. El DT Julio Cesar Falcioni no goza de un presente óptimo. Son muchísimos los rumores acerca de la renovación o no de su contrato que se vence a fin de año. Hay quienes respaldan a JC apoyándose tanto en el título del Apertura 2011 como en la final de la Copa Libertadores 2012 alcanzada el semestre pasado. Pero hay muchos otros que no están para nada conformes con Julio Cesar y alegan, entre otras cosas, que el perfil futbolístico de Falcioni es todo lo contrario al paladar boquense. Y ante esto, también empiezan a saltar algunos posibles reemplazantes, aún con el DT trabajando y Bianchi encabeza la lista. Con todo esto el plantel continúa con un nivel bajísimo y hay quienes dicen que dentro del plantel hay una clara división entre “riquelmistas”, amigos del ex 10 de Boca, y “falcionistas”, quienes apoyan al director técnico. Y hay rumores que dicen que los primeros juegan con el freno de mano puesto porque no se sienten cómodos con el DT y que no apoyan su continuidad. Ante esto, el presidente de Boca, Daniel Angelici, luego del empate ante San Martín, salió al cruce diciendo que algunos jugadores deberían “hablar menos y comiencen a transpirar más la camiseta” y con un palabras determinantes: “Si sigue Falcioni y algunos jugadores no le gustan, se irán de Boca”.

            Con todos estos condimentos se va a jugar un partido de fútbol. Un partido que históricamente ha sido un antes y un después en el campeonato y en el futuro cercano para los dos clubes. Un clásico que determina continuidades, salidas, humores, etc. Que puede tanto despejar el panorama para algunos como plagar de obstáculos el camino para otros. La cita es el domingo a las 15.30 en el Monumental de Núñez. Están todos invitados al “circo” del superclásico.

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