Cada uno en este mundo observa de un modo particular. ¿Cómo sucede? Realmente, no lo sé; pero cada individuo mira a su alrededor de un modo tan distinto que –muchas veces- hasta provoca terror. Son tantos los puntos de vista que no hay manera de encerrarlos en categorías. Es cierto que existen puntos en común, pero las divergencias no tardan en aparecer. La interacción de estos puntos de vista es más atemorizador, pues son tan distintos que, no solo no se comprenden, sino que también –muchas veces- no se toleran. Y esa intolerancia genera hechos que con frecuencia conducen a la violencia. ¡Justamente eso, fue lo que paso el sábado en lo de Sebastián! Como todos los sábados, los muchachos se juntan a tomar sus cervezas, jugar unos trucos o al futbol en la computadora y –por supuesto- hablar muchas pelotudeces. ¡Casi en exceso! Rozando el límite de lo permitido. Aunque después de varios envases de litro vacios, comienza a surgir la necesidad de generar nuevos temas de conversación. Y e...