Guddbrandsdalen era un lugar donde todos convivían de forma apaciguada. Allí se conquisto la paz y, la misma, tomo la forma de comunidad. Todos en ella, trabajaban en conjunto buscando su propio bienestar. Las personas gustaban de vivir allí por lo que todos sus habitantes se ayudaban entre si.
Como una manera de ganarse el pan de cada día, toda la comunidad trabaja para el reino del lejano Pompeyo, lugar al que vendían los productos de su receta más famosa. La misma era un misterio. Sus manos guardaban el secreto. Era única.
Por eso, los reyes de todo el mundo la deseaban. Se decía que la misma venia de los propios cielos; en los pequeños pueblos de Pompeyo, se murmuraba que la misma era elaborada con la ayuda de ángeles y que su sabor era el de las propias nubes. Por eso, la llamaban “la crema del cielo”.
Los reyes perdidos en sus ostentosas necesidades, querían adueñarse de ella. No soportaban la idea de tener algo tan sabroso al alcance de sus manos y no poder saber como hacerlas ellos mismos. No soportaban la idea de que algo superara su omnipotencia. Por eso, se reunieron y discutieron la manera de conseguir la formula:
- Deberíamos enviar a Aslak. Dijo uno de los reyes de Pompeyo
- ¡Si! Eso debemos hacer, él lograra conseguirla. (Contesto uno de los avaros sentado a la derecha del el rey de Dovre)
- ¡Si!. (Afirmaron todos gritando y brindando con grandes copas de coñac)
Aslak, era el mas fiel espía del reino de Dovre y tenía como encargo conseguir esa formula a como de lugar. Fiel a sus amos, este obedeció.
Se vistió de plebeyo y logro ser aceptado por los miembros de la comunidad; tras vivir varios años como un Guddbrandsdalences y casi ser descubierto un sinfín de veces; luego de conocer a cada uno de los habitantes, sus oficios, sus gustos, sus costumbres; y hasta llegar a hacerse amigo del alcalde de la misma, Aslak encontró lo que buscaba. La tan ansiada receta.
Eufórico por la noticia corrió a informar a los reyes que esperaban desde ya hacia mucho tiempo en Pompeyo por la noticia.
- Su queridísima majestad. He conseguido lo que me ha encargado. Tengo en mis manos la receta de la crema del cielo.
- Anda hombre, que ya nos has hecho esperar demasiado. Dinos...¿Como es?
-No lo creerá su majestad. La misma se consigue de un modo tal que creo le costara entender. ¡Me ha dejado estupefacto! Atónito, su majestad. La misma proviene desde los mismos cielos, como el pueblo lo sospechaba: pequeños ángeles ayudan a estos Guddbrandsdaleños. Ellos toman las nubes y las exprimen. Una por una… van estrujándolas hasta lograr conseguir una suave llovizna. De ellas sale, magnificencia. Cae por los cielos y es receptada por estos Guddbrandsdalences.
La noticia paralizo a los mismísimos reyes, pues sabían que la única manera de conseguir la crema del cielo desde su fuente, era a través de los ángeles. Y a ellos nadie respondía más que la libertad de los cielos. La avaricia y ambición de los señores de las tierras, los había alejado de ellos. Sus deseos de poder y sus cruentas ostentosidades frente al pueblo habían marcado un punto final en la relación entre reyes y Ángeles.
No poder conseguirla y saber que para hacerlo deberían convencer a los incorruptibles Ángeles, embraveció a los reyes... pues tenían el poder de decidir sobre la vida de todos los mortales, pero sabían que a los Ángeles nada podían hacerles. Eran inferiores, simples mortales a los que su avaricia mantenía apartados.
Fue así como los reyes descubrieron que aunque que tengan todo el control sobre el mundo, sepan todo del mundo… nunca podrán tenerlo entre sus manos. Así descubrieron que aunque que tengan todo el poder del mundo, hay algo que nunca, pero nunca podrán tener. Y eso, es la receta de la crema del cielo.
Dedicado a Marquitos.
Guddbrandsdalen: Ciudad en donde vive Peer Gynt.
Aslak: Herrero enemigo de Peer Gynt.
Pompeyo: Hombre que se quedo con el prestigio de haber vencido a Espartaco, pero no fue quien en realidad lo hizo.
el rey de Dovre: Peer Gynt.
Peer Gynt: Obra de Henry Ibsen.
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