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Lugares hermosos y accesibles para disfrutar de unas vacaciones en Argentina

El corazón...

Lo más insano que tiene el corazón es su indescriptible sensibilidad. Hacia el exterior se muestra robusto y fuerte, como el de un ser que sabe lo que hace y hacia dónde se dirige; pero -por dentro- el miedo repleta cada latino de razón. ¡Estúpida razón! Porque el corazón no piensa, siente y actúa instintivamente. Y es así que las palabras se hacen silencio, por que se pronuncian mutismos de sentido. Es el miedo, me digo – a veces. A veces, se atreve a sentir libremente y florece. En cada bombeo es señal de vida y ese miedo se extingue; pero una señal de retaguardia desde el otro lado, lo estrangula, atemorizándolo nuevamente. Y comienza a dudar. No sobre lo que siente. De eso siempre está seguro, aun cuando duda. Lo que hace, es comenzar a resguardarse, otra vez en la oscuridad. Teme al pasado pisando fuerte en el presente, nuevamente. No quiere volver a probar el sabor de ese amargo fruto. Un mensaje sin responder, la omisión de un beso o un silencio donde tendrían

Ver tanta razón, tampoco es tan bueno.

Hay cosas que, cuando los ojos logran verlas, ya no podrán omitirse nunca más. Son verdades que duelen. Son conocimientos profundos que dilatan la vista hacia una observación distinta. Cuando se acaba la oscuridad de la sapiencia, comienzan las sombras de la racionalidad. Esa que se dejan entrever en el trasfondo de una sonrisa. La ignorancia, no suele ser buena; pero ver más allá –todo el tiempo- tampoco es sano. A veces, es mejor no saber. Es más práctico. Quizás, la felicidad verdadera se trama en el desconocimiento de la realidad que te rodea. Insisto, la ignorancia no suele ser buena,  pero ¿para qué sirve ver tanto? ¿De qué sirve cuando el conocimiento termina por generar un proceso sinóptico inacabable que se trasluce en miedo, socavando lo más profundo de la simplicidad? C apaz me he confundido y he vuelto equivalentes dos términos distintos (¿distantes?). Quizás, la verdadera alegría – esa que da los cimientos de la felicidad-, se encuentra en poder sumergirse en