La civilización humana avanza a pasos agigantados, sobre todo en el último siglo, en la que los avances tecnológicos han revolucionado la vida del ser humana hasta llevarla a unos límites que antes ni siquiera podíamos imaginar. El hombre quiere seguir avanzando, pero lo curioso es que ni siquiera conoce la razón para hacerlo, ni el objetivo al que quiere llegar.Con tal de avanzar hemos perdido el respeto hacia nuestro propio planeta, hacia la naturaleza que un día nos dio de comer y nos permitió nacer y crecer. Con la verdad por delante, una valentía extraordinaria y el deseo sincero de poder cambiar las cosas, esta niña demostró que los adultos a veces olvidan lo que es importante por culpa de obtener más y más de algo que luego no saben ni cómo utilizar. Ojalá pudiéramos aprender más de ella y fuéramos conscientes de que hay que cuidar el planeta para legarlo a nuestros hijos en el mejor estado posible.