Don Manuel
En su camastro oscuro, olvidado
Sin los colores que ha creado para la patria
Sin su sable
Sin su traje
En silencio de fiebres fenece
Pero en las calles
Alguien grita,
Le busca lugar al prócer
Golpeando puertas, abriendo ventanas,
Exigiendo lámina Lafinur vocifera
Lafinur impulsa.
Lafinur despierta:
¡Belgrano ha muerto!
¡Belgrano ha muerto!
Y entre el sonido de rotas cadenas
Acerca a la historia al hombre dedicado,
Al hombre que puso el cielo en el corazón
De las batallas libertarias.
El paño de coraje en la frente del herido
Y llevó tras él un pueblo entero para no ser vencido.
Bajó de Salta, de Tucumán hacia Buenos Aires
Para caer en esa cama que hoy lo sostiene inmueble
Vamos a despedir sus restos - grita Lafinur
Por la callejuelas y sigue golpeando puertas -
¡Belgrano ha muerto!
¡Belgrano ha muerto!
¡Belgrano ha muerto!
Despierten a los funcionarios
Sacudan a los dormidos
Adviertan a los enemigos
Que ha sucumbido de fiebre
Ningún fusil lo ha herido
Del héroe que ha fundado la patria
Vengo gritando:.
¡Belgrano ha muerto!
¡Belgrano ha muerto!
Ese grito desesperado que migró desde el patio
Hasta el centro de la plaza,
Desde la humilde casa hasta el cabildo
Hundió el cuchillo en el nervio
Y se unieron los patriotas para despedir su cuerpo
Con los honores de la gesta
Para vencer al olvido todavía se escucha
Los gritos de Lafinur repitiendo
Por la calles de un amanecer porteño:
¡Belgrano ha muerto!
¡Belgrano ha muerto!
Por Guillermo Tonelli Cejas
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