El ser es un ente complejo. Su inmensidad inconmensurable, forja cualquier definición de manera dificultosa, mas cuando se intenta realizarla de forma racional. El hecho de no poder conceptualizarlo de forma concreta, lo hace confuso. Por que abarca diversos individuos en un mismo sujeto; por que incorpora imágenes, modelos externos, a una personalidad de carácter única. El desarrollo es propio en compañía, siempre estamos determinados por el ambiente en el que vivimos (digámosle “contexto” para no sonar ni darwinista ni determinista, aun cuando ambos tienen algo de razón). Nunca somos sino en asimilación, en relación con el otro. Sin el otro, no podemos ser únicos, pues el carácter de unicidad del ser, lo da su primera y principal característica, a la que denominaremos “Principio diferencial”. El mismo consiste, básicamente, en asimilar que el ser como individuo único, se da como tal en la diferenciación con el otro. < > El proceso histórico que afronta la humanida