La falacia crítica de un bohemio reside en una continua inactividad social. El apartamiento de este tipo de individuos, de los que el común de la vida debe afrontar, los aleja del verdadero sabor de la existencia: el eterno y maldito dolor de la cotidianeidad, del tener que subsistir en un sistema frívolo y materialista. El bohemio es un ser tan apartado de la sociedad, que no puede más que analizarla de modo abstracto. Absurdo. Es un ser que se siente tan solo en este mundo como vacío en su interior. El materialismo capitalista lo condena, lo sofoca. El material cargado de un conformismo incesante le llevan a un estado de odio supremo que ve en el arte un modo innato de canalización. La ira, la espontaneidad, el dolor, el llanto, el sentimiento. La falta de organización. La incomprensión del tiempo y el orden. El estado, el poder, el dominio y la imposición; son solo algunas de las características de un ser que se perdió en las penumbras de su borrascosos pensamientos y termino tr