Hoy les voy a contar acerca del nacimiento histórico de la
diferenciación entre dos puntos cardinales: este y oeste. Según datos proporcionados por fuentes no
oficiales, dicha diferencia nace en un tiempo lejano. Muchos años antes que
Cristo. Incluso, Cleopatra, ni si quiera
era un embrión apareado. Como dice Charles R. Piterson en su libro “Referencia etimológicas de la diferencia
entre el Este y el Oeste”; todo forma parte de un encuentro de dos hombres
provenientes de caminos muy distantes.
Tao Te-Ti, de origen Chino (siempre recordando que los chinos tienen más años que la injusticia) y un hombre mestizo (con rasgos árabes, piel algo asiática, y con los ojos redondos como los de los africanos…todo un menjunje), llamado Juan Almalä-saqi Contreras.
Tao desconcertado ante la incertidumbre de su camino, pregunto a Juan:
Tao Te-Ti, de origen Chino (siempre recordando que los chinos tienen más años que la injusticia) y un hombre mestizo (con rasgos árabes, piel algo asiática, y con los ojos redondos como los de los africanos…todo un menjunje), llamado Juan Almalä-saqi Contreras.
Tao desconcertado ante la incertidumbre de su camino, pregunto a Juan:
- - ¿Para qué lado vas? ¿Este o este?
Ambos se miraron y en esa simple y eterna discusión de
gusto, fue que el mundo se dividió dos. Según historiadores de gran trayectoria
en el estudio de los hospitales -en Malawi, Congo-, es en ese momento que nace la
conocida y tan escucha diferencia entre Occidente y Oriente. Ambos con O, pues
tanto Tao como Juan creyeron que eligieron distinto.
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