Todo pasa y todo queda,
pero lo nuestro es pasar,
pasar haciendo caminos,
caminos sobre la mar.
Nunca perseguí la gloria,
ni dejar en la memoria
de los hombres mi canción;
yo amo los mundos sutiles,
ingrávidos y gentiles,
como pompas de jabón.
Me gusta verlos pintarse
de sol y grana, volar
bajo el cielo azul, temblar
súbitamente y quebrarse.
Nunca perseguí la gloria...
Caminante, son tus huellas
el camino y nada más;
caminante, no hay camino,
se hace camino al andar.
Al andar se hace camino
y al volver la vista atrás
se ve la senda que nunca
se ha de volver a pisar.
Caminante no hay camino
sino estelas en la mar...
Hace algún tiempo en ese lugar
donde hoy los bosques se visten de espinos
se oyó la voz de un poeta gritar:
«Caminante no hay camino,
se hace camino al andar...»
golpe a golpe, verso a verso...
Murió el poeta lejos del hogar.
Le cubre el polvo de un país vecino.
Al alejarse le vieron llorar.
«Caminante no hay camino,
se hace camino al andar...»
golpe a golpe, verso a verso...
Cuando el jilguero no puede cantar,
cuando el poeta es un peregrino,
cuando de nada nos sirve rezar.
«Caminante no hay camino,
se hace camino al andar...»
golpe a golpe, verso a verso.
Día tras día lucho por ti. Lucho para que seas parte de mi vida. Te busco, te encuentro y te vuelvo a perder... pero nunca ceso en mi búsqueda. Eres un sentimiento infinito que se representa en la espontaneidad de cada uno de mis amaneceres. Cada batalla que brindo lleva tu nombre, cada palabra también. Solo te busco a ti. A ti que me exoneras, me haces prevalecer... me haces ser lo que soy. YO Me distingues en la densidad de la masa, alimentas mi espíritu. Eres lo que mi alma exige para vencer el miedo y adquirir seguridad en sus accionares. Eres la fuerza que me llena de naturaleza. Alimento de los oprimidos, energía vital... tu eres lo que mas amo Y te llamas libertad
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